Compungido, leo hoy en las noticias que, pese a los esfuerzos por salvarlo, murió un pequeño delfín rosado del Amazonas; Nemo, nombre con el cual lo bautizaron sus cuidadores; que había sido rescatado de una piscigranja a la cual fue vendido irresponsablemente poco después de nacer y donde lo habían mantenido en pésimo estado de salud, pues no conocían los requerimientos alimenticios de un delfín de su edad.
El animalito, que fue rescatado por un equipo de biólogos de la ONG Acobia (Asociación para la Conservación de la Biodiversidad Amazónica) y el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana, fue llevado a su centro de investigación en la Laguna de Quistococha, pues ya presentaba un cuadro de enteritis crónica producto de la inadecuada alimentación a la que fue sometido, cuando estos cetáceos a esta edad y por ser mamíferos como nosotros, se alimentan de leche materna y no de peces, como lo hicieron en su ignorancia, los de la piscigranja.
Pese a, como dije, todos los esfuerzos por salvarlo y a los tratamientos que fue sometido, el pequeño delfín dejo de existir, según informa El Comercio, el pasado día martes, al complicarse su ya resquebrajada salud con una aguda neumonía. El pequeñín no pudo soportar los potentes antibióticos y falleció.
El Comercio, el único diario que dio cobertura al hecho, había iniciado una campaña para bautizar al pequeño delfín, lamentablemente ya no se le podrá poder ningún nombre, pues ya no esta con aquellos que tan desinteresadamente lo acogieron y cuidaron, y que le pusieron provisionalmente el nombre con el cual lo recordaremos siempre.
De todas formas gracias de todo corazón; de parte de todos aquellos que amamos a los animales; a los maravillosos seres de la ONG Acobia y en especial a la srta. Kelly Tapayuri por tan loable acción con este bufeito, al que no se pudo salvar.
Ojala este triste episodio nos deje de moraleja o enseñanza, que los animales salvajes no son mascotas, por mas lindos que nos parezcan, pues estos animales en su gran mayoría no soportan el vivir en cautiverio, nacieron para vivir libres y así morir, libres, eso sin contar también que muchos están en peligro de extinción (como el delfín rosado) por su caza indiscriminada. Aprendamos a respetar y a valorar a los animales silvestres, hágalo por Usted, hágalo por sus hijos y por los hijos de sus hijos y por sobre todo, por nuestro planeta.
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Noticia en El Comercio
Diario de IQT
Fotos: Diario de IQT.
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